domingo, 8 de mayo de 2011

RECUPERACIÓN DEL RITMO

Veamos si a partir de ahora, cargo nuevas entradas del blog con asiduidad. Han sido meses completos, muy completos... tanto, que a veces te preguntas cómo es que dan, y a la vez no dan, tanto de sí las horas de un día. Cómo máximo puedes ver tres películas, pero entonces no estudias. Como máximo, estudias tres horas (sin contar las interrupciones que te concede tener a un click el mágico Google), pero entonces sientes que has dejado de lado tus obligaciones maritales. Además, el día se carga de pequeñas cosas: llamar a Vodafone, solventar un pequeño detalle en el cajero, llamar a dos amigos a los que prometiste llamar tiempo atrás, sacar un hueco para ver un capítulo de In treatment, leer aquel libro que hace tiempo deseas devorar, salir a comprar fruta y a llenar la nevera, cocinar a tu chica una bella pasta, no olvidarte de tu gato, que te roza hambriento y deseoso de aquella lata con jugo de buey tan rica para él... y cuando te vas a sentar te desmayas, pierdes el conocimiento, sientes el mundo lejos, tus fibras nerviosas lo ignoran: prefieren un instante de recogimiento autista, aunque esto ponga en peligro la homeostasis de tu organismo... demasiados días pensando que dormir poco te hará vivir más, que hacer todas las cosas hoy tendrá su premio, ocupado en mil cosas y satisfecho de resolverlas todas ¿?... lo más triste es que en esta ruleta rusa, el que más aguanta el ritmo, antes llega a su destino (si se dirige con cierta inteligencia), pero visto lo visto, prefiero no volver a desintonizar absolutamente del mundo físico ni una vez más, no vaya a ser que a mis neuronas les de por coger gustirrinín a comunicarse en comandilla, sin necesidad de inputs externos.